Rutina, falta de alicientes, estrés y demasiados problemas que tienen que ser atendidos. Nos pasamos la vida priorizando nuestra atención hacia lo imprescindible porque no llegamos a todo y, demasiado a menudo, la que sale perjudicada es nuestra relación sentimental. Con los años y la cotidianeidad como compañeros inseparables de viaje, no es extraño que el desenlace de ese proyecto vital compartido pase inevitablemente en algún momento por la necesidad de una terapia de pareja. Llegados a ese punto, es importante que no confundas punto de partida con fracaso, ni tampoco con destino inexorable. Es un recurso a tu alcance. Tu pareja no termina porque acudas a terapia, tampoco es un antídoto frente a la separación.
Los terapeutas somos un instrumento para sacar a vuestra relación de un bache puntual, o para ayudaros a descubrir si ha llegado el tiempo del adiós. Pero nunca somos la respuesta; acudir a una terapia de pareja es una consecuencia. Y, por supuesto, es una manera valiente y decidida de seguir apostando por ese compromiso afectivo. Porque sea cual sea el camino que toméis, podréis hacerlo desde el más profundo respeto. La terapia de pareja ayuda a analizar el pasado con sinceridad, y a mirar al futuro sin renunciar al enriquecedor bagaje de una historia compartida.
En nuestras consultas psicológicas estamos demasiado acostumbrados a constatar que existe un fallo de partida común a los planteamientos de muchas parejas. Esa idea de que compartir un proyecto vital implica renunciar a nuestra individualidad. Probablemente, esta visión es el producto de un aprendizaje erróneo sobre el amor, que se ve constantemente reforzado en la literatura y en las películas. Es la idea de que enamorarse pasa inevitablemente por dejar de ser uno mismo, para diluirse dentro de ese “bien” mayor y más perfecto que representa la pareja.
Pero renunciar a ser tú mismo es renunciar a construir un proyecto compartido. Si no te diferencias del otro ¿qué puedes aportar a la relación? Esta es una de las cuestiones que más profundamente tenemos que trabajar en las sesiones de terapia de pareja. Reforzar la idea de que amas a otra persona precisamente porque es alguien diferenciado de ti, y porque has descubierto en ella cualidades que te atraen. Estos son dos aspectos esenciales para que una relación sentimental funcione.
La terapia de pareja no es una decisión que debas tomar de acuerdo con el otro. Es, de nuevo, una decisión individual. Es cierto que, si uno de los dos se siente insatisfecho o tiene dudas, algo no funciona como debería en la pareja. Pero tus prioridades y necesidades son tuyas. Que tu compañero o compañera se sienta cómodo con la situación actual, no implica que tú tengas que resignarte. Las sesiones de terapia de pareja online te ayudarán a indagar en tus carencias y a reflexionar sobre lo que necesitas.
Es un excelente punto de partida para conocerte mejor y para profundizar en tu crecimiento personal. Todos tus avances y descubrimientos vas a trasladarlos de una forma u otra a tus vivencias de pareja. Ese cambio puede resultar enriquecedor para ambos, y reforzar el proyecto. También puede actuar como detonante para que tu pareja tome conciencia de sus propias carencias. En todo caso, a ti te será siempre útil para cambiar la perspectiva con la que disfrutas de esa relación. No renuncies a esta oportunidad simplemente porque tu pareja no comparte esa necesidad.
Nunca dejamos de conocernos. Aunque te parezca que después de tantos años de vida en común, eres capaz de saber lo que piensa tu compañero o compañera, esa es una afirmación incorrecta. Intuyes cómo puede reaccionar, pero nunca estás en posesión de la mente de tu pareja. Además, sería tremendamente triste y aburrido. Sin embargo, esta creencia va fomentando el crecimiento de los silencios estériles entre una pareja. Porque como ya sabes lo que va a responderte, dejas de preguntarle. Y como el otro sabe lo que piensas sobre ese tema, no tiene la mínima iniciativa por comentarlo contigo. Así, la burbuja de la incomunicación se va expandiendo más y más.
Mediante la terapia de pareja os propondremos espacios para el reencuentro, en los que las palabras recuperen todo el protagonismo. Escuchar con interés lo que tiene que decir el otro, tener curiosidad por saber más sobre sus emociones o sus pensamientos. La terapia de pareja entendida como reivindicación del diálogo. Como consecuencia, también se recuperan en todo su valor los momentos de silencio compartido, cuando ambos podéis replegaros en vuestro interior sin miedo a ser objeto de reproches o de un interrogatorio. Hay confianza plena en que se comparte, precisamente porque cada uno tenéis libertad para hacerlo.
Te animamos a plantearte el recurso de la atención psicológica en el ámbito de la pareja también como una oportunidad de crecimiento personal, y no solo desde la perspectiva de la resolución de conflictos. Si esperas a que la situación esté demasiado deteriorada, lo más probable es que aboques a la relación hacia la ruptura. Como ocurre con cualquier disfunción emocional, cuanto más se cronifique, más complejo es encontrar la forma de recuperar de nuevo la ilusión.
Nos gustaría ser algo distinto de ese último salvavidas al que aferraros. No existe terapia o enfoque psicológico que pueda construirse cuando las bases sobre las que se asentaba la relación se han desmoronado. Nuestras sesiones online se convertirán en un espacio donde podréis reivindicar el valor de lo compartido, donde rememorar el camino que habéis andado juntos y, con esa paz interior, asimilar el momento de la despedida sin rencor, sin reproches. Que puedas echar la vista atrás sin amargura, con la satisfacción de haber compartido un tiempo y un momento únicos, es tan importante como una reconciliación. Porque tu vida sería más pobre si el dolor te obliga a ignorar recuerdos de ese pasado compartido. Un adiós no tiene por qué convertirse en un fracaso.